El programa formativo de Transición a la Vida Adulta está encaminado a facilitar el desarrollo de la autonomía personal y la integración social y comunitaria del alumnado, en algunos casos con un componente de orientación y formación laboral.
Concebimos esta etapa como un momento importante en la vida de los alumnos, ya que pueden seguir buscando alternativas para acceder, en la medida de lo posible, a un empleo, una vivienda o vida social plena en entornos comunitarios.
Tomamos como referencia las prescripciones legislativas que configuran los programas de formación para la transición a la vida adulta. ORDEN de 22 de marzo de 1999, por la que se regulan los programas de formación para la transición a la vida adulta destinados a los alumnos con necesidades educativas especiales escolarizados en Centros de Educación Especial. Esta orden establece objetivos entre los que destacamos:
- Trabajar en ámbitos de experiencia abiertos y flexibles.
- Las actividades que se desarrollen tendrán un marcado carácter funcional.
- Prestar atención a los aspectos relacionados con: capacidades motrices, comunicación y otros aspectos que permitan al alumno afianzarse o progresar en los conocimientos o habilidades que posee.
- Desarrollar conocimientos instrumentales básicos, partiendo del nivel en que se encuentre cada alumno.
La selección de contenidos se hace atendiendo a las necesidades educativas cada uno, teniendo en cuenta las capacidades que pretendemos desarrollar, así como el tipo de aprendizaje y teniendo muy en cuenta los intereses de los alumnos.
Los programas se articulan en torno a tres ámbitos:
Ámbito 1: Ámbito de autonomía personal en la vida diaria.
Ámbito 2: Integración social y comunitaria.
Ámbito 3: Orientación y formación laboral.