Hemos descubierto uno de los monumentos más peculiares de la Salamanca del Siglo XVIII. Formando parte del Convento de San Andrés, encontramos el Pozo de Nieve, una asombrosa construcción en la que se conservaba el hielo traído de las sierras para hacer sorbetes, conservar alimentos y sanar dolencias.
Nos sentimos como auténticos arqueólogos al meternos en el gigantesco pozo de más de siete metros de profundidad, vimos la parte de la antigua muralla medieval, las caballerizas del convento, restos de su torre…..Y nos adentramos en las misteriosas galerías subterráneas, de origen y función inciertos.
¡¡Una mañana llena de emociones y aprendizajes!!!